El cibercrimen es el delito que más ha crecido en los últimos años. Los delitos informáticos ya representan el 12,5% del total de las infracciones penales, según el último Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior. Las pymes y negocios particulares son los más afectados. Por esta razón, las compañías de seguros se esfuerzan para proteger a los pequeños empresarios y particulares con ciberseguros, capaces de dar una respuesta eficaz y rápida ante situaciones que puedan afectar a la estabilidad familiar o empresarial.
Como indica el Balance de Ciberseguridad 2022, publicado por el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (Incibe), desde el Centro de Respuesta a Incidentes de Seguridad (Incibe-Cert), gestionaron 118.820 incidencias, un 9% más respecto a 2021. De esta cifra, más de 110.100 incidentes afectaron a particulares y empresas, 546 a operadores estratégicos y 7.980 a la Red Académica y de Investigación Española (RedIRIS).
Por otro lado, se documentaron 26.431 nuevas vulnerabilidades informáticas, un 20% más que en el 2021. Con respecto al mapa de dispositivos vulnerables, las provincias más afectadas fueron Madrid (637.008), Barcelona (443.304), Valencia (157.478) y Sevilla (127.932).
En el ámbito de particulares y empresas es importante destacar que uno de cada tres incidentes son filtraciones de datos sensibles o confidenciales, robados por personas no autorizadas; y dos de cada cinco sucesos son vulnerabilidades del sistema tecnológico.
Teniendo en cuenta este contexto, más del 90% de las empresas españolas han ampliado su presupuesto dedicado a la ciberseguridad en el último año, así lo revela la compañía de ciberseguridad Palo Alto Newtwork en su informe What’s Next in Cyber.
Principalmente, ha sido la expansión del teletrabajo lo que ha provocado un aumento de los ciberataques. Por ende, concienciar al personal sobre la importancia a adoptar buenas prácticas de ciberseguridad para proteger los datos puede mejorar la protección. No obstante, las pequeñas empresas disponen de pocos recursos y competencias digitales. Esta problemática afecta a nueve de cada diez pymes españolas, como revela el informe de Palo Alto Newtwork. A pesar de disponer de talento humano para llevar a cabo trabajos híbridos, cinco de cada diez empresas no poseen perfiles cualificados en ciberseguridad.
Las pymes, frágiles ante los ciberataques
En este contexto, los seguros de ciberriesgos para empresas se convierten en la principal medida para hacer frente a los ataques cibernéticos capaces de generar graves daños a pymes y particulares. “Este producto ofrece cobertura de datos en caso de alteración, pérdida o robo de estos, así como la violación de la privacidad. También cubre la responsabilidad civil por violación de la confidencialidad, de la privacidad y por la seguridad en la red; el beneficio bruto o los gastos generados en caso de interrupción del negocio; y los costes derivados de la gestión de la crisis. De manera complementaria a esas coberturas principales, se ofrecen las coberturas de extorsión cibernética, riesgo de reputación, cibercrimen y RC por contenido multimedia”, explican desde Grupo Catalana Occidente (GCO).
Además, de forma complementaria algunas compañías de seguros ofrecen servicios preventivos que analizan las vulnerabilidades digitales de las empresas, asistencia tecnológica, servicios de recuperación y rescate de datos, certificaciones forenses o el borrado de apariciones no deseadas.
En cuanto, a los incidentes más frecuentes, como muestra el Balance de Ciberseguridad 2022, destaca el phishing, con cerca de 17.000 incidentes. Esta técnica de ingeniería social consiste en enviar correos electrónicos fraudulentos que suplantan la identidad de usuarios, con el objetivo de robar información personal o bancaria. El segundo ataque más habitual es el malware con más de 14.000 incidencias. Esta agresión cibernética impide a los usuarios acceder a sus archivos o sistemas informáticos. En tercer lugar, se posiciona el ransomware, con casi 450 incidencias, es un tipo de secuestro de datos con el fin de extorsionar al propietario pidiéndole una recompensa económica.
A estas cifras se le tiene que sumar la aportada por Asseco Spain, que indica que estos ataques producen cerca de 105.000 euros de pérdidas a pymes y, en consecuencia, llevan al cierre a seis de cada diez pymes a los seis meses del suceso. “En un contexto social tan digitalizado y vulnerable a sufrir estos sofisticados ataques, es importante que las pymes y los autónomos sean previsores e inviertan en ciberseguridad, con el fin de salvaguardar su negocio. Esa tranquilidad la ofrecen los seguros de ciberriesgos, que permiten a las organizaciones desarrollar su actividad sabiendo que están protegidas de este tipo de amenazas”, argumentan desde Grupo Catalana Occidente (GCO).
Como exponen desde GCO los seguros de ciberriesgos surgen con el objetivo de aportar soluciones adaptadas a la transformación digital. “En este sentido, entre las ventajas que los clientes pueden encontrar a la hora de contratar este tipo de seguros se encuentran la cobertura de los riesgos digitales a los que los negocios están expuestos, así como la obtención de un producto que se adapta a las necesidades y circunstancias de las empresas, y que ofrece las mejores garantías personalizadas en un contexto digitalizado y vulnerable a sufrir ciberataques”, manifiestan.
Los ataques cibernéticos en el área particular
Otro colectivo muy vulnerable ante los ataques cibernéticos son los particulares. Conscientes de las secuelas que un ataque de estas características puede suponer a las familias, las compañías de seguros han diseñado pólizas específicas que protegen frente a los riesgos cibernéticos. Este tipo de productos brinda a las familias de seguridad ante el entorno digital cada vez más peligroso. Específicamente, algunas compañías como GCO ofrecen coberturas para proteger a menores en casos de ciberbullying, cubren los gastos derivados de procesos civiles o penales, y disponen de asistencia psicológica para tratar las secuelas provocadas por situaciones de acoso digital.
“Con este tipo de pólizas, las familias tienen cubiertos el robo de fondos y de identidad, la extorsión cibernética, la restauración de datos o descontaminación de software malicioso, la reposición de hardware; y las compras y ventas online”, declaran desde GCO. Estos seguros también suelen cubrir la indemnización por cualquier pérdida económica derivada de una estafa durante la compra o venta online. Por lo general, abarcan coberturas específicas de responsabilidad frente a reclamaciones de terceros por perjuicios por difamación o incumplimiento de derechos de autor; daños informáticos provocados a causa de un incidente cibernético y reclamo de un tercero relacionado con la violación de datos personales y/o confidenciales.